Tabaquismo

  1. El tabaquismo es la adicción a la conducta de fumar; supone una patología crónica que es generada por la adicción a la nicotina (sustancia muy tóxica y nociva) y a otros componentes que conforman los cigarrillos. Dentro de este concepto, entra el uso del tabaco de forma abusiva y en cualquiera de sus formas de consumo: fumado, masticado, chupado e incluso esnifado. La dependencia que es generada en la persona que fuma es tanto física como psicológica y social.

    El uso y, especialmente, el abuso del tabaco es una de las enfermedades que más muertes causan en países desarrollados además de ser un potenciador muy elevado de otras enfermedades graves y crónicas tales como enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cáncer (especialmente el de pulmón, faringe y laringe). A pesar de todo esto, y del conocimiento que se tiene hoy en día acerca de las consecuencias nocivas y dañinas del tabaco, es una práctica muy habitual en muchos países y su uso está muy generalizado y normalizado.

    Dentro de la dependencia que el tabaco genera, se puede hablar de dos tipos diferentes en función de la cantidad de tabaco que se fuma y la hora a la que se consume el primer cigarro del día. Se puede hablar de una dependencia entre moderada e intensa cuando se fuman más de 20 cigarros cada día y comienzan a fumar tan sólo al de media hora (o menos) de levantarse de la cama. Hablamos de dependencia leve cuando se fuman menos de 20 cigarros a lo largo del día y no consumen tabaco hasta pasada más de media hora desde que se levanta de la cama.

    Problemas asociados al tabaquismo

    La conducta de fumar conlleva muchos problemas añadidos:

    • Aparecen con mucha más frecuencia los problemas de salud que ya hemos comentado con anterioridad, y que pueden conllevar, incluso, la muerte de la persona fumadora.
    • Eleva la probabilidad de padecer manchas y problemas dentales así como caries en las muelas.
    • Gasto de dinero innecesario y muy elevado.
    • Se pierden el sentido del olfato y el gusto.
    • Disminuye la capacidad de respiración.
    • Aumenta el cansancio a la hora de realizar cualquier actividad.
    • Halitosis.
    • Hace que cualquier enfermedad que padezca el fumador, se alargue más en el tiempo que en las personas que no tienen esta problemática con el tabaco.

    Fumadores pasivos

    Además de las personas que realizan la conducta de fumar de forma activa, no podemos olvidarnos de los fumadores pasivos, que son aquellas personas que, aun no fumando, están sometidos al humo del tabaco (tanto de forma puntual como continuada) y que, de esa forma, padecen también algunos de los efectos nocivos del tabaco. Vivir en un contexto con mucho humo o con personas que fuman de forma constante y habitual, tiene efectos negativos especialmente en los niños pequeños y en las mujeres embarazadas.
    Cómo dejar de fumar

    El factor más importante para tener éxito en la tarea de dejar de fumar, es que la persona tenga ganas y la sólida decisión de querer dejarlo. La intención real es fundamental para llevar a cabo este difícil proceso. Es bueno ser consciente de que dejar de fumar es una tarea dura y complicada, pero hay que tener presente que sí se puede y que miles de personas lo han conseguido. Es frecuente, que el primer intento que se hace de dejar de fumar, fracase. Eso no debe frenar el impulso de volver a intentarlo, y no debe vivirse el hecho de no haber podido en una primera ocasión como un fracaso, sino como una forma de aprender y mejorar para la siguiente vez.

    Es conveniente, una vez se tiene tomada la decisión, pedir ayuda a un profesional de la salud de cara a tener éxito en la tarea de dejar de ser adicto al tabaco. Esto hace que aumenten las posibilidades de conseguirlo y reduce las dificultades que el proceso tiene en sí mismo.

    En ocasiones, puede ayudar reducir la cantidad de cigarrillos que se fuman al día previamente a dejar de fumar. Es bueno contar a las personas más cercanas del entorno la decisión que se ha tomado. De esta forma, podrán participar también en la tarea y facilitar o favorecer especialmente los momentos más difíciles en que falten las fuerzas o la irritabilidad aparezca sin motivo aparente. Una cosa que puede facilitar la tarea, es tirar todo el tabaco que se tenga para que no haya tentaciones innecesarias.
    Hay veces en que se puede engordar al dejar de fumar. Por ello, es bueno buscar actividades que no engorden para hacer en lugar de fumar. Es bueno que sean cosas que mantengan la cabeza distraída y alejada de los pensamientos acerca del tabaco que puedan surgir.

    En ocasiones, puede resultar una traba a la hora de dejar de fumar seguir las mismas rutinas y horarios que se tenían cuando la persona fumaba. Por ello, puede ayudar, el cambiar algunos de esos hábitos del día a día de cara a comenzar a practicar nuevos comportamientos o actividades que no estén asociados a la conducta de fumar. En los casos en que no sea factible realizar esos cambios, puede ayudar el hecho de cambiar el horario o el orden en que se realizaban esos comportamientos.

    Otra buena medida que se debe adoptar, es felicitarse y recompensarse por los pequeños logros obtenidos. Es aconsejable establecer objetivos (aunque sean relativamente sencillos de conseguir) para así tener mayor sensación de éxito al ir logrando conseguir las metas establecidas.

    Bibliografía

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