Las resistencias en terapia

  1. Las resistencias psicológicas

El término fue introducido en 1885 por el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud. Se denomina resistencia al conjunto de conductas y actitudes de rechazo u oposición de un paciente frente al tratamiento, a algún aspecto específico de la terapia o al terapeuta.

El paciente que acude a terapia con la  esperanza de cambio, a la vez, se resiste a ello. Esto es debido a la activación de una serie de mecanismos que le impide cambiar, son resistencias que provienen de naturalezas distintas dependiendo de la estructura de personalidad y de las defensas de cada persona. Son inconscientes y surgen de forma automática, protegiendo al paciente de la angustia que supone la toma de conciencia de los conflictos, pensamientos y deseos inaceptables. Buscan evitar descubrir y sentir vivencias que puedan doler, pero también, son resistencias a cambiar cierto grado de seguridad, ya que a pesar del sufrimiento, el paciente se encuentra en un equilibrio que ha alcanzado aunque sea a costa de renuncias y limitaciones.

Las resistencias se presentan desde el inicio de la terapia, antes, durante y al finalizar el tratamiento. En principio, no se conciben como algo necesariamente negativo, ya que pueden servir para descifrar ciertos aspectos del sujeto y del proceso psicoterapéutico, y ser una oportunidad para hacer cambios y ajustes a partir del nuevo conocimiento. Sin embargo, aunque son normales durante la terapia, y su aparición en los inicios no es una razón para preocuparse, si  persisten o aumentan como un patrón general del paciente a lo largo de la terapia puede suponer un problema. Si no se rompen, no podemos acceder a las distintas fases del proceso psicoterapéutico y no hay posibilidad de cambio.

Existen personalidades con una mayor disposición al cambio mientras que otras se apegan más a lo conocido. Las personas con rasgos neuróticos, con un locus de control interno y con una escasa tolerancia a la ambigüedad son más resistentes al cambio.

 

  1. Las resistencias según las distintas escuelas psicológicas
      1. Psicoanálisis

    El Psicoanálisis considera las resistencias como algo sintomático de conflictos inconscientes que se establecen durante la infancia. Según esta idea, el paciente acude con ellas en la primera sesión.

      1. Terapia cognitivo-conductual

    Se llama resistencia a todo acto de oposición a algún procedimiento clínico propuesto por el terapeuta. Su aparición durante el proceso de intervención clínica se considera una señal de alerta que puede reflejar, ya sea que el terapeuta no ha logrado una suficiente alianza terapéutica o que no ha explicado adecuadamente la utilidad de la intervención o que ésta, va en contra de los valores del paciente o alguna otra razón.

      1. Terapia gestáltica

    Fritz Perls, el creador de la Psicoterapia Gestalt, hablaba del concepto de Resistencia en terapia, como la capacidad consciente o inconsciente de la persona para oponerse al proceso terapéutico, a la evolución y crecimiento personal. Se parte de que la resistencia surge, en gran parte, debido a la interacción interpersonal del terapeuta con el paciente.

  1. El ciclo de la resistencia al cambio personal

Las resistencias surgen cuando se van a producir cambios profundos, que afectan a nuestra estructura. El ciclo emocional de la resistencia al cambio, es similar al que Kubler-Ross propuso en los casos de duelo:

  1. Etapa de choque: Es el bloqueo inicial cuando nos exponemos por primera vez a la perspectiva de cambio.
  2. Etapa de Negación: Negar la evidencia de que la transformación es necesaria o está ocurriendo.
  3. Etapa de la ira: En esta fase salen a relucir todos los sentimientos que se reprimieron durante las etapas anteriores.
  4. Etapa de negociación: Aun no hemos aceptado el cambio sino que intentamos encontrar una solución para evitarlo.
  5. Etapa de depresión: Aceptamos que el cambio es inevitable. Podemos reaccionar deprimiéndonos o irritándonos.
  6. Etapa de prueba: Nos damos cuenta de que necesitamos reaccionar y buscamos nuevos patrones de afrontamiento que nos ayuden a reconstruir nuestra identidad bajo las nuevas circunstancias.
  1. Tipos de resistencia

Existen infinidad de tipos de resistencias. A continuación,  mencionamos los más comunes:

  • Resistencia a no querer cambiar: Por el miedo e incertidumbre que despiertan los cambios. A veces, también es debido a no creer necesario el cambio, o a no sentirnos seguros de qué nos encontraremos con el cambio, abandonando nuestra zona de confort.
  • Resistencia a no querer afrontar algo: Se produce ante el dolor que genera la aceptación del mismo hecho en sí, lo que lleva a la resistencia del mismo.
  • Resistencia a perder el beneficio secundario: Cuando una situación lleva mucho tiempo manteniéndose, generalmente la persona sea de forma consciente o no, obtiene un beneficio secundario por la misma, lo que refuerza el mantenimiento de esta resistencia.
  • Resistencia a auto-descubrirse y no gustarse: Ante el posible miedo de lo que está por salir de uno mismo de forma inconsciente se despiertan resistencias que dificultan los progresos.
  • Resistencia como miedo o rebelión ante la autoridad: Se despierta ante la figura del terapeuta, el cual se interpreta como un intruso, y la forma de rebelarse es luchar por seguir actuando como hasta ahora, dando lugar a la aparición de resistencias.
  1. Manifestaciones de las resistencias

Algunas de las manifestaciones de las resistencias pueden ser las siguientes:

Antes de comenzar la terapia:

  1. “Actuar como si…”: Hacer supuestos movimientos que no conducen a nada.
  2. Ir de terapeuta en terapeuta: No encontrar un terapeuta apropiado porque en realidad no se quiere.
  3. Ir de taller de crecimiento personal en taller: Si no se integra lo aprendido, no sirve de nada.
  4. Hablar y no actuar: hablar de hacer cambios, de ir a terapia, pero sin actuar.

Durante la terapia:

  1. Retar: poner a prueba de forma directa lo que el terapeuta dice.
  2. Desvalorizar: cuestionar la autoridad personal y los conocimientos del terapeuta.
  3. Hostilidad: expresar hostilidad de forma directa.
  4. Interrumpir: cortar con palabras de forma intencionada.
  5. Culpabilizar: Culpar a los demás de los propios problemas.
  6. Estar en desacuerdo: buscar un “pero” a las sugerencias del terapeuta.
  7. Excusar: Buscar excusas para justificar su conducta.
  8. Minimizar: Pensar que el terapeuta está exagerando los riesgos o peligros y que realmente no está tan mal.
  9. No querer cambiar: expresar abiertamente el deseo de no querer cambiar.
  10. Falta de atención: No atender al terapeuta.
  11. Desviarse: cambiar la dirección de la conversación que el terapeuta busca.

Bibliografía:

El trabajo de las resistencias desde la psicoterapia psicodramática bipersonal. Silvia Monzón Reviejo. Psicoterapia y Psicodrama. Vol.1

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